Crítica The Wizard of the Kremlin

The Wizard of the Kremlin es la película que muchos temían ver y que Giacomo Durzi se ha atrevido a filmar con precisión quirúrgica. Bajo la inocente advertencia de que “todos los personajes son ficticios” —un seguro contra cafés con polonio—, la cinta relata el ascenso de un desconocido Vadim Baranov, interpretado por Paul Dano, que pasa de soñar con dirigir teatro a diseñar la política rusa desde las sombras.