Collective, 4,6/5. HBO
Impresionante la cinta del realizador rumano Alexander Nanau, donde cuenta la corrupción en los hospitales de Rumanía.
No se sabe si es un documental, si es una película con forma de documental, un falso documental, una ficción con partes de documental... realmente el director ha creado algo fuera de lo normal, no se llega a saber si es realidad o ficción y esta incertidumbre crea en el espectador una continua atención hacia lo que está pasando. Otro de los efectos de esta cinta es la que obliga al espectador a hacer una búsqueda continua en google sobre las personas que aparecen en el documental para confirmar si es cierto lo increíble que ocurre en la cinta, nos sorprendemos de que todo lo que cuenta, por muy increíble que parezca, ocurrió en Rumanía. Ojalá todos los documentales fueran así de entretenidos, me recuerda al innovador "El agente topo" que nos atrapaba sin darnos cuenta de que era un documental sobre un geriatrico...
La historia comienza con el local Colectiv durante un concierto de rock en el que se incendió parte del decorado y murieron más de 60 personas en el incendio.
En lo realmente se centra el documental, es en lo que pasó en los siguiente 14 días con los heridos, ya que murieron más de 30 personas en los hospitales por contagiarse con bacterias. Desde este hilo conductor, el film cuenta la historia del redactor jefe Catalin Tolontan del periódico de deportes Gazeta Sport, que consigue poco a poco desgranar la corrupción, empezando por el producto desinfectante que está adulterado y poco a poco se va viendo como, no es solamente la empresa de desinfectantes que son corruptas, sino los gestores de los hospitales que han sido elegidos a dedo por políticos, así como la corrupción y el clientelismo que crean estos gestores con los políticos, para conseguir colocar a familiares o ganar dinero de forma ilícita.
Dos puntos importantes en el documental son, que se consigue grabar al que fue ministro de sanidad durante seis meses, Vlad Voiculescu, ya que del escándalo obligó al Partido Socialdemócrata, en el gobierno, a dimitir, durante varios meses pusieron un gobierno temporal de profesionales hasta que hubiera las siguientes elecciones, durante este periodo el ministro de sanidad no se corta un pelo para indicar que el 90% de lo que ocurre en su ministerio está podrido o corrupto. La cinta parece indicar que es lo bueno de no pertenecer a ningún partido político.
El otro punto importante es la amalgama que hace el director con todos los temas abiertos: partiendo desde el incendio en el club, pasando por la corrupción en la sanidad, el trasplante de pulmones en hospitales en Rumanía, y como al final la gente vuelve a votar por mayoría absoluta al mismo partido que ha mantenido esa corrupción en los últimos 25 años (PSD), dando a entender, en las conversaciones que tiene el ministro de sanidad con su padre, que quizá la mejor solución sea abandonar el país.
Lo más sorprendente de esta película rumana, es que podría pasar por realizada en muchos otros países y podríamos ver que se podría aplicar perfectamente cómo ocurre con los casos denunciados por el influencer Spiriman, en los que no para de denunciar el clientelismo y como él los llama "come gambas" políticos encargados de la sanidad a nivel regional o nacional y de los gestores de hospitales, muchos de esos que han sido puestos a dedo por políticos y no se deben a los pacientes sino a los políticos.
El film ya ha ganado varios premios (Boston Society of Film Critics Awards, The European Film Award) y pasado por varios festivales. Aún tiene mucho que dar, ya que la frescura y el impacto que tiene es considerable y dan ganas de seguir viendo este tipo de documentales en los que se muestra como un poquito de puesta en escena y de buen hacer, la realidad supera fácilmente a la ficción. No hay más que fijarse en lo que está pasando en los últimos años, para hacer un buen film que haga que la gente quiera ir al cine a verlo.
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