30 monedas, 2/5. HBO

Alex de la Iglésia se anima a realizar esta serie "30 monedas", fiel a su estilo de locura y sangre. Se une así a otros directores de cine que se pasan a las series como Sorogoyen con su fantástica "Antidisturbios".

Inicialmente se tenían dudas sobre el nivel que tendrían estas series, realizadas por directores reputados. No es lo mismo una cinta de 2 horas, que 8 de una hora. Pero la verdad, que las series de estos directores sorprenden por lo atrayentes que son, por la calidad de la puesta en escena, o el guión. 

Junto con la impactante "Patria", estas tres series han sido de lo mejor de algunos festivales como San Sebastián o Sitges. En particular "30 monedas" era la serie de la que hablaba todo el mundo maravillas en Sitges, igual es por ser el festival que tiene casi adoptado a Alex de la Iglesia, o por que realmente gustó la serie, pero cuando el río suena... Y si, ciertamente la serie de Alex es atrayente y muy dinámica.

La acción pasa en un pueblo de Castilla y León: Pedraza, pero también por Castilla la Mancha, Nueva York, Jerusalem, Roma,...donde los personajes viajan en busca de las 30 monedas con las que judas vendió a Jesús. El director utiliza constantes filtros en la cámara para hacer las imágenes de estas ciudades y el resto de tomas más dinámicas, llegando su uso excesivo a parecer que estamos viendo un videoclip de música en vez de una serie.

Una oscura organización dentro del Vaticano quiere reunir las 30 monedas que darán el poder absoluto a quien lo consiga. Para ello, estos personajes de la organización convierten en zombies vivientes a individuos, para que vayan a buscar las monedas allá donde se encuentren, siendo inmunes a las balas gracias al colgante "mágico" que llevan.

En Pedraza hay una de esas 30 monedas, llevada al pueblo por el personaje principal de la trama, el padre Vergara, protagonizado de forma magistral por Eduard Fernández, quien perdió 15 kg en 4 meses y se puso mazado para el papel. Incluso cuesta reconocerlo calvo, barbudo y musculado. De hecho es la mejor interpretación dentro del reparto, que está compuesto por Megan Montaner (Veterinaria), Miguel Ángel Silvestre (alcalde), Macarena Gómez (dueña del hotel y mujer del alcalde), Carmen Machi (loca por tener un hijo), Pepón Nieto (policía del pueblo, curiosamente solo hay uno...), etc.

El reparto está correcto, sobre todo con Eduard y Pepón. La serie pierde un poco con las sobre actuaciones, incluso en la forma de caminar, de Miguel Ángel Silvestre o Megan Montaner, que parece que sufren el síndrome de Blanca Suárez, y no necesitan más que gustar a la cámara olvidándose de actuar. La interpretación de los personajes secundarios, como Carmen Machi, están mucho más logradas que los personajes principales, aún así la serie no pierde mucha fuerza, ya que ésta radica en el gran guión ideado por el dúo inseparable, Alex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría. 

La serie está hecha para dejarse llevar y no pensar demasiado en los agujeros de guión que puede haber, sobre todo en los dos últimos capítulos 7 y 8, los cuales parece como si Alex los hubiera rodado con prisa y no hubiera prestado toda la atención necesaria a los detalles o a los efectos especiales. Aún nos preguntamos cómo un alcalde sabe hacer un puente a un coche de alta gama y robarlo, no hay ni una pequeña frase que indique al espectador de las geniales cualidades de este hombre. Lo dicho, mejor no prestar mucha atención a los detalles para disfrutar de esta serie, que se agradece por lo diferente del resto,  por ese gusanillo que tiene y que hace que el espectador pueda verla de un tirón: ! las 8 horas¡

Alex nos demuestra, que no hay que irse a las localizaciones típicas de Madrid, Barcelona, o San Sebastián, para hacer una gran serie, dejando la opción abierta para cualquier pequeño pueblo español de ser conocido mundialmente. HBO está en todo el mundo, y las imágenes de japoneses llegando al pueblo, puede que no solo queden como guiño en la serie, si no que ocurra en la realidad. También es una oportunidad para los españoles, de hacernos ver lo maravilloso de nuestro patrimonio, y, en ocasiones, de lo poco que lo apreciamos estando siempre con el runrún de la leyenda negra repitiendo que lo de fuera es mejor...