Felicità, 3,5/5. MyFrenchFilmFestival 2021

Hemos tenido que esperar 13 años para tener de vuelta al director francés Bruno Merle, tras su cinta Héros de 2007 con Michaël Youn.

"Felicità", en italiano, narra un día completo de una familia, un reloj en la parte alta de la pantalla nos indica de vez en cuando el paso del tiempo. Intuimos que al final de las 24 horas, algo ocurrirá. La familia: un padre (Pio Marmai), una madre (Rita Merle) y una niña (Camille Rutherford), viven disfrutando cada momento como si fuera el último. Haciendo bromas pesadas, ocupando casas y saltándose leyes. Junto con una banda sonora de Al Bano y Romina, que da nombre a la película, la cinta hace honor a la "Felicidad".

El padre se ha escapado de la cárcel, por lo que disfruta de lo poco que le queda en libertad con su hija. Apenas 24h antes de que esta entre al colegio al día siguiente. Las secuencias, a veces inconexas, se suceden para dar un aire de desinhibición, unido con excesiva violencia del padre que no cuadra con la imagen "happy" que quiere dar delante de su hija. La cinta parece que tiene un cúmulo de contradicciones en los personajes, reflejando la complejidad de las acciones de alguien en una situación desesperada, que está a punto de perder la libertad. 

No se termina de entender completamente la figura de la madre, ya que su marido se está saltando una pena de cárcel, las situaciones a la que exponen a la hija son en ocasiones peligrosas, no solo físicamente. La mujer parece que quiere tener el papel de cuerda que le confiere el ser la persona en libertad, con trabajo, afincada en la vida cotidiana...pero la cinta nos parece decir que está cansada de esa normalidad, de esa libertad, mostrándonos la paradoja de llegar a no tener complejos (en el caso del marido) para disfrutar de sus últimas horas de libertad, y la falta de inhibiciones (de la mujer) como válvula de escape de esa normalidad que le dá la libertad y que la agobia.

La cinta es divertida, dinámica, con golpes sorprendentes, pero no vemos en ella la cocción de un guión durante 13 años. Parece como si el filmar películas ocurriera como ir en bici, que no se debe perder la práctica para ser ágiles en ellos. Con "Felicità", el director tiene golpes magistrales utilizando la imaginación de la niña, o los guiones formidables gastando bromas pesadas. Pero llegado un punto en la cinta, esos comentarios se vuelven predecibles.