La colmena (Hive). Seminci 2021


Blerta Basholli nos presenta las penurias sufridas por Fahrije (una innecesariamente intensa actuación de Yllka Gashi), una mujer de Kosovo que perdió el a su marido en la guerra. Su esperanza es encontrar sus restos para poder descansar en paz. En el pueblo donde vive, unas 250 personas fueron ejecutadas o como indican más sutilmente: "desaparecidas". 


Dejar de vivir de limosnas

Los problemas económicos acucian la vida de la familia de Fahrije, quien decide sacarse el carnet de conducir para no depender de las limosnas (30 euros por mes) que les da la asociación de mujeres viudas.

La protagonista quiere poner su propio negocio para prosperar y poder vender sus productos en un supermercado de la ciudad cercana. 



Hasta aquí la idea es clara, una persona que quiere sobrevivir tras la muerte de su pareja. En el caso del pueblo, los hombres la miran mal cuando empieza a conducir, llegando al extremo de romper el cristal del coche de una pedrada. Cuesta imaginar que en un pueblo de un país europeo de un periodo cercano a los años 2000, esté mal visto que una mujer conduzca, más cuando el pueblo sabe que lo hace para poder alimentar a su familia. Si es así, la directora debería haber explicado más los motivos de esa "mujerofovia" despertada en el pueblo, ya que de otra manera pareciera que es una exageración sin sentido para los espectadores que no comparten la misma cultura que la contada en el film. 


¿Es Kosovo un Arabia Saudí europeo?

Es acaso una sociedad que no quieren que conduzcan las mujeres por creencias sociales, religiosas, de prestigio...?, conocidos son los casos que aparecen en la televisión sobre las mujeres de Arabia Saudí, y que hasta hace poco no podían conducir, pero allí la parte religiosa o cultural parece estar clara. Incluso en Irán las limitaciones que tienen las mujeres con respecto a los hombres son claras y detestables, pero al menos el espectador lo entiende porque él contestó queda más que claro en películas como "El perdón" de Behtash Sanaeeha y Maryam Moghaddam, donde a la mujer viuda la echan de su casa por haber recibido a un hombre, pero por contra ella conduce sin ningún problema.



Otro de los aspectos que choca es el que a Fahrije no se la permita trabajar, y que las mujeres de la asociación quieran ayudarla pero no lo hagan por miedo a sus maridos o lo que dirán en el pueblo, sin darse cuenta de que ellas son parte de ese pueblo. Una sociedad donde parece que obligan a casar a las hijas muy jóvenes para tener niños; al respecto tenemos frases tan poco sutiles como la dicha por un personaje que comentaba a otro que ojala no casarán a la hija joven para que pudiera estudiar.


¿"Quo vadis, Aida?" edulcorado?

La falta de sutileza, el exceso de intensidad pretenciosa con una actriz para quien mantener constantemente el entrecejo fruncido significa una buena actuación de persona afligida, o un guion sin sorpresas, deja al espectador ávido de nuevas propuestas, desolado. Las comparaciones con la profunda "Quo vadis, Aida?" de Jasmila Žbanić, son inevitables, ya que tratan un tema parecido, en una época similar y con una mujer como protagonista. En el caso de la magnífica película de Jasmila, todo es creíble, desde la actuación hasta las secuencias. 



En ambas películas las cintas están basadas en hechos reales, solo que en "La colmena" por falta de dotes didácticas de su directora, la cinta parece falsa y fantasiosa, poniendo a las personas del pueblo, en general a los hombres, como verdaderos engendros rencorosos, malvados y que quieren el mal de todos los vecinos. Lo triste es que es posible que fuera así, pero no consigue transmitir la veracidad en el guion. 

 

Opinión: 2/5 




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