Maixabel. San Sebastián 2021


Acabamos de ver una de las películas del año, no ya porque cada nuevo film de la directora Iciar Bollaín tiene mucha repercusión, sino porque es una cinta de actores que consiguen subir el nivel a cuotas quizás abusivas en la próximas nominaciones a los Goya, con sus tres protagonistas en excelente estado de gracia: Luis Tosar, Blanca Portillo y Urko Olazabal.

"Maixabel" (Blanca Portillo) es el nombre de la mujer de Jose María Jáuregi, quien fue asesinado en 2000 por ETA. 10 años después, Luis (Urko Olazabal) el asesino de su marido, quiere verla. Ibón (Luis Tosar) es otro compañero de Luis que participó en el atentado.




Con un magnífico guion de la propia directora e Isa Campo, está claro que los actores tendrían un peso suplementario, expuestos a toda la presión de levantar una historia delante de la pantalla que fue cierta, interpretando para gente que vivió y padeció la experiencia. El reto no es solo hacer la historia creíble, sino que transmita, ese es el objetivo último de esta película, "Maixabel" no pretende entretener ni hacer que echemos "la lágrima fácil". Esta cinta pretende tocarnos el alma, no ya sólo a los afectados directamente o que lo vivieron de cerca, sino tocar la conciencia de la sociedad actual. Para dicha tarea titánica Bollaín y su directora de casting Mireia Juárez tuvieron una visión providencial, contaron con una de las grandes sorpresas del festival, Urko Olazabal ("Ira" de J Aronak) , que no solo está al nivel de Tosar o Portillo, sino que ostenta el lujo de haber interpretado las secuencias que dejaron al público con la sangre congelada al entrar a la sala de encuentros y buscar con los ojos a Maixabel. Los minutos de conversaciones entre ambos de después, son épicos, con una contención que consiguen transmitir más que cualquier lágrima o música triste. Un lujo de secuencias entre ambos que hemos tenido el placer de disfrutar en el festival.



Parte de la cinta se resume también en una de las frases del personaje de Urko Olazabal, cuando dice: "no le importamos a nadie Ibon, por eso todo lo bueno que pueda hacer lo voy a hacer". Una frase que trasciende al espacio y tiempo de la película, pudiendo aplicar a cualquier tipo de secta, partido político u organización que utilice los palmeros de turno para crear odio, confrontación o cualquier tipo de violencia. No parece que hayamos aprendido mucho desde entonces, siguiendo pensando que más importante que las personas son las siglas, y que un puñado de iniciales pueden resumir completamente a una persona, la cual no puede plantearse ninguna duda al respecto. En el caso de ETA, tenían que comprar el "pack" completo de lo que esas siglas significaban, que era lo que los dirigentes quisieran que significa. En la cinta habla igualmente del GAL, y parece que dejan entrever que siguen existiendo nuevas siglas de todos los espectros que la gente sigue venerando. Una vez más la importancia que los de arriba (de una organización o de un partido político) tienen por etiquetar a los de abajo. "Maixabel" habla de quitarse la etiqueta y ser tu mismo, pensar en tu vecino, en tu familia, aplicando el sentido común que les falta a esos que les encanta etiquetar como si fuéramos ganado al que nos marcan a fuego unas letras que nos "definen como personas".



No es fácil quitarse esa etiqueta, como vemos en el film, los integrantes de ETA o "compañeros del colectivo" terminan haciendo el vacío. Pero no solo hay etiquetas en el lado violento. Quienes sufren la violencia también parecen destinados a tener la etiqueta de odiar y no perdonar. Bollaín nos da una preciosa frase que resume lo que se debería de hacer cuando Maixabel dice: "María es fantástica porque no se ha convertido en alguien que odie". Es curioso confrontar esta falta de odio por algo tan grave que le ocurrió a María, como que le mataran a su padre, con lo fácil que mucha gente odia en la actualidad. Basta con mirar Twitter u otras películas del festival de San Sebastián como "Arthur Rambo" para ver que no parece que hayamos aprendido nada de las lecciones pasadas.

Otro tema actual que trata Icíar colateralmente es el derecho al perdón y a perdonar, y lo complicado que es. Con las conversaciones que se llevaron a cabo entre los presos y las víctimas hubo heridas que consiguieron, sin llegar a cerrar, al menos sí sanar un poco


Opinión: 4,3/5

 




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