La hija de todas las rabias. BIARRITZ 2022

Está cinta se une a un género hispanoamericano reciente, podríamos bautizarlo, si no lo está ya, como "vidas difíciles de niño y madre", en el que se tienen que dar varias circunstancias para tener éxito, a parte de estar grabada con talento:

1. Tiene que mostrar una sociedad violenta, en donde la única solución de salir de la pobreza es la violencia extrema.
2. Un niño o niña, generalmente sobre los 15 años.
3. El último elemento a cumplirse es que exista una madre totalmente volcada en el amor a su hijo.



Patrones
En los últimos festivales hemos visto arrasar a películas con este patrón, como "Noche de fuego" , "Sin señas particulares", "Los lobos" o con la figura paterna "La caja".

Con "La hija de todas las rabias" su directora y guionista nicaragüense, Laura Baumeister de Montis, consigue varios objetivos, primero poner de nuevo a Nicaragua en el mundo cinematográfico, país que en los últimos años ha estado bastante olvidado. Kiro Russo y Jayro Bustamante ya hicieron lo propio con sus respectivos países, Bolivia y Guatemala.

Otro de los puntos importantes, es la maestría para rodar y mantener, al menos inicialmente, la tensión y la atención del espectador.

Maternidad bien retratada
Está claro que el tema central sobre el que gravita al resto del guión es la maternidad, no solamente por las dos protagonistas, de la madre y la hija, sino también por el símil que se hace con la perrita y sus cachorros, incluso con imágenes paralelas en dónde se ve a la madre y a la hija ejecutando acciones similares, lo que nos da una idea de lo que el futuro la dejara a la joven María.

Esa dualidad de odio y amor, está muy bien mostrada en la película, dando a entender que la niña está en pleno desarrollo y tiene esa falta de conformidad con todo lo que la rodea, no ya solo con su madre sino con el resto de personajes que aparecen en la película.

Las actuaciones son formidables, en particular la niña  Ara Alejandra Medal (María), aunque lamentablemente no la vemos en muchos registros diferentes. 
La madre, Virginia Raquel Sevilla Garcia (Lilibeth) consigue magia durante el film, transformandose, no ya solo físicamente, sino la forma de ser, su alma, en dos momentos precisos de la película, en el que se puede ver claramente cuando está antes y después de entrar al casino, antes vemos una mujer necesitada y que no termina de atraernos la atención, mientras que al soltarse el pelo y entrar en casinos, su actitud cambia para hacernos ver lo que quiere, que es una posible jugadora de casino que está ahí para jugar y no para comer gratis.
Con esta imagen se resumen un punto intrínseco de esta obra, la dignidad,  al pasar de no tener una aparente, a tener una. Destacar que una parte repetitiva  de la obra es explicar la importancia de andar con la cabeza alta para estar dignos.

El genio mexicano
El actor mexicano Noé Hernández vuelve una vez más a demostrarnos que es una de las figuras claves en el cine mexicano, aunque enmarcado por lo general en papeles secundarios. Se le agradece que haya hecho esta coproducción, para mostrar al exterior este diamante mexicano, que ya no es tan "en bruto".

Opinión: 3,5/5

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