Desde el Festival de Cine de las Noches Negras de Tallin, el PÖFF (7-23 nov.) nos llega Hungarian Wedding , el debut en largometraje narrativo de Csaba Káel —el todopoderoso comisario del cine húngaro, más acostumbrado a óperas y musicales que a comedias rockeras—, llega como un artefacto ambicioso pero fallido: una road movie transilvana disfrazada de oda al folklore húngaro, que pretende mezclar The Hangover con danzas kalotaszeg y termina ahogada en sus propios clichés. Ambientada en los años 80, sigue a András (Tamás Kovács) y Péter, dos wannabe rockeros budapestíes que viajan a Transilvania para una boda familiar, con la excusa de ganar dinero, y acaban en una espiral de aventuras predecibles: romances fugaces, choques culturales y un puñado de bailes que intentan ser vibrantes pero suenan forzados. Es una película que se ve fácil, sí, como un panfleto turístico del Instituto Nacional de Cine húngaro, pero que deja un regusto a mediocridad institucional: bien producida, con fon...
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Chinas. SAN SEBASTIAN 2023
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Arantxa Echeverría consigue aunar los mejor del cine comercial
y lo mejor del independiente en esta magnifica obra sobre los orígenes.
A la directora vasca le gusta que el espectador piense por sí
mismo, que le de vueltas a lo que acaba de ver, y en esta cinta de casi 2 horas
hay muchas cosas que pensar.
Nos confronta a una paradoja, ¿qué es ser español, o chino,
o “moro”?, la importancia del lenguaje, los momentos en que una frase puede ser
racista o no, la paranoias de padres hiperprotectores, o la importancia de la
integración vs perder las raíces y la cultura original.
Etiquetas
Partiendo de una minoría en España, como es la población china, Arantxa retuerce la temática para mezclarlo con la protagonistas, niña de origen chino pero de cultura y padres adoptivos españoles. Sus rasgos parecen delatarla a ojos de españoles o chinos, exponiendo las etiquetas que no por malicia, sino por falta de costumbre, los ciudadanos se ponen entre ellos. Ya ocurrió con el primer film de la directora, donde la minoría gitana era claramente machista, pero la etiqueta de gitano se imponía a la segunda. En su segundo largometraje, "La familia perfecta" las etiquetas de clases eran constantes. En "Chinas" las etiquetas de inmigrantes están solapadas con la de racistas, al no ver la segundo aunque le llamen a uno de los protagonistas "moro de mier*a". La sutileza mezclada con la naturalidad del rodaje, hace que no se le dé mayor importancia a una rencilla entre adolescentes, aprovechando la coyuntura para mostrar la "vergüenza" de tener orígenes asiáticos, mientras que el otro no parece tener esa vergüenza por su origen magrebí.
Palabras y lenguaje
Desde un inicio observamos que las palabras pueden hacer daño, a veces sin la intención, como el hablar en chino a una chica con rasgos asiáticos, o que la cajera diferencie (en exceso marcado) entre chinos y personas. La constante referencia a este lenguaje no deja dudas del focus que pretende hacer la directora por las palabras despectivas que no lo son tanto para los niños. En Francia tienen un poco de ventaja, y la frase correcta es "¿qué origen tiene?".
Unos niños que llegan a adaptarse a un nuevo país, guardando la tradición familiar china, mejor que la protagonista de padres biológicos chinos pero que ha vivido siempre en España con padres adoptivos españoles. La integración es la gran lucha de la cinta: adaptarse y olvidar tus raíces, como en el caso de la adolescente, o no integrarse guardando tu cultura. En Francia este fenómeno está muy bien reflejado en muchas películas, con la idea constante de la falta de integración de la comunidad magrebí en el país galo, lo que provoca exclusión en "guetos" impuestos o autoimpuestos, pero teniendo como contrapartida una gran conservación de su lengua original, costumbres, religión, comidas, tiendas...
Integración
Si bien las comunidades de inmigrantes suelen ser diferentes las unas a las otras, sobre todo a la hora de integrarse en un país u otro, la china se asemeja en varios piases por su tranquilidad, he integración a base de los servicios y emprendiendo negocios. Como vemos en Francia, la forma de integración son bien diferentes en París, al menos a ojos de los propios chinos.
La integración es lo que fuerza a hacer locuras como la que la adolescente protagonista realiza con un chico del grupo. La directora no termina de mostrar que ella fuera forzada a realizar la acción que la piden, sino que la propia presión social la hace pensar que es lo correcto. En este aspecto Arantxa se sale del aburrido casposismo de los últimos años donde los malos son siempre los mismos, ya que en una ocasión anterior la protagonista adolescente pudo expresar lo que quería y se la respetó. Pero decir "no" a una presión interna que hace que se busque la aceptación todos los medios, es mucho más difícil, y esa puerta a la ambigüedad es uno de los valores más importantes de "Chinas".
Contrastes
Los padres juegan un papel importante, y el balance de pesos entre: niños, adolescentes y adultos, es simplemente perfecto, pasando de unas escenas a otras de forma tan fluida y dinámica que las 2 horas se hacen perfectas. Un mundo dominado por la imaginación de los niños y por las leyes de los adultos. Una imaginación que hace volverse locos a los padres, que no terminan de ser lo que los hijos quieren sin darse cuenta que los padres no se eligen, aunque se deseara. Esta ilusión por disfrutar de la vida en contraste (siempre contrastes en esta película) con la intransigente vida y obligaciones de los mayores, deja espacio para la secuencia de la adolescente, quien tiene que decidir que es lo que quiere, la diversión con un novio macarra, o la seguridad y tranquilidad de un novio aburrido.
Todo ello de la mano de un guion con humor, que resalta la imaginación y las buenas intenciones de los protagonistas con comentarios jocosos en boca de los niños de la película.
Sinopsis:
En un colegio coinciden al comienzo de curso dos niñas
chinas de 9 años. Todo el mundo da por hecho que se harán amigas, pero
absolutamente nada las une. Lucía, es segunda generación de inmigrantes. Se
siente absolutamente española y solo piensa en integrarse con el resto de sus
amigas del colegio. Desearía tener unos padres “normales” como el resto de sus
amigas, pero los suyos le avergüenzan constantemente porque no hablan español,
trabajan más de 14 horas en el bazar y ni siquiera le permiten celebrar su
cumpleaños en el Burger King. La otra niña es Xiang. Es adoptada y con su
rostro delata allá donde va que no es hija de sus padres. Xiang se pregunta por
su familia biológica; ni se siente china ni se siente aceptada ante los demás
niños en el colegio. Las dos niñas se cruzarán, separarán y acabarán siendo
vitales la una para la otra en la búsqueda de su identidad.
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