La Reserva llega a Catar con un mensaje que atraviesa América Latina. DFF 2025
La ópera prima del mexicano Pablo Pérez Lombardini compite en el Doha Film Festival con una historia que recorre un conflicto común en toda la región: la lucha por el territorio y la violencia ambiental. Rodada con actores no profesionales dentro de una reserva natural, la película sigue a una guardabosques que busca frenar la tala ilegal, un escenario reconocible en muchos países latinoamericanos.
Un origen marcado por la violencia contra ambientalistas
Lombardini concibió la película después de leer un informe de Global Witness sobre asesinatos de defensores ambientales, una estadística en la que Latinoamérica destaca por razones dolorosas. Afirma que “en el rincón de México que indagues hay alguna actividad extractivista en la cual las poblaciones locales no son consultadas”, algo que encontró igualmente presente en otros países del continente. Para él, contar esta historia era “fundamental de abordar desde el cine”.
Lo local como vía para lo universal
A su llegada a Catar, el director dudaba de si el público árabe entendería el conflicto. La respuesta lo llevó a replantearse sus expectativas: descubrió que “a veces las historias muy específicas son las que más resuenan, las que resultan más universales”, y le “satisface mucho saber que puede conectar con gente de Medio Oriente también”.
Actores que hablan desde su propio territorio
El filme se sustenta en un trabajo interpretativo que prescinde de actores profesionales. Con la guía de la maestra Tania Olhovich, el equipo trabajó desde sus propias vivencias. Lombardini explica que “jamás impusimos diálogos a los actores”, y que gracias a esa libertad “ellos enriquecieron la historia con cosas que integraban voluntariamente”. El resultado es una narración que respira autenticidad latinoamericana.
Filmar en la selva: un ejercicio físico y ético
La producción se realizó dentro de una reserva natural, lo que implicó largos trayectos a pie y restricciones para no dañar el ecosistema. El director recuerda que “filmar dentro de la reserva implicaba caminar ocho horas cargando equipo, tratando de no afectar el ecosistema”. Lo vivió como un privilegio, aunque reconoce con humor que “quienes cargaban el equipo a veces no lo veían igual”.
Una problemática que no entiende de fronteras
El conflicto territorial es uno de los grandes temas de la región. Aun así, Lombardini aclara que “la tenencia de la tierra es tan antigua y tan compleja que no la va a resolver nadie de la noche a la mañana”. Propone como punto de partida “respetar los espacios que proveen servicios ambientales: el agua, el aire, la biodiversidad”.
Un recorrido internacional que amplifica un debate latinoamericano
Tras su estreno en Telluride y sus premios en Morelia, La Reserva continúa su recorrido por festivales internacionales. En Doha, donde compite, Lombardini valora que “este festival no seleccione películas según qué tan famoso es el elenco” y que privilegie la autenticidad.
La película muestra algo que Latinoamérica conoce bien: defender la tierra implica resistencia, desgaste y riesgo. Pero también implica memoria. Y en ese sentido, La Reserva dialoga con un continente entero.
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