Nahuel Pérez Biscayart presenta "El Jockey" en el Festival Internacional de Cine de Tesalónica. TIFF GRECIA 2024
Por David Sánchez
En el marco del Festival Internacional de Cine de Tesalónica, Grecia, el aclamado actor argentino Nahuel Pérez Biscayart presentó El Jockey, la última película de Luis Ortega. Con una trayectoria que abarca filmes en varios continentes y un enfoque en temas tanto universales como profundamente regionales, Nahuel compartió sus experiencias, reflexiones y anécdotas en una entrevista exclusiva para nuestro medio.
Presentación de El Jockey y confusiones con "El Joker"
La primera pregunta obvia es ¿qué te trae a Tesalónica? A lo que Nahuel respondió con entusiasmo:
"Bueno, estamos presentando El Jockey, o Kill the Jockey, la última película de Luis Ortega que estrenamos en Venecia. Pasó por San Sebastián, Toronto y muchos otros festivales, y ahora estamos aquí en su estreno griego".
Curiosamente, Nahuel reveló una anécdota divertida sobre el título de la película y las confusiones con el popular personaje "El Joker":
"A veces sí, en San Sebastián, por ejemplo, llegué al hotel y una señora me paró, me pidió una foto y me dice, '¿En qué película estás? ¿En El Joker, la de Lady Gaga?' Y yo le digo, 'No, no señora, no es El Joker’. Pero esto nos ha jugado a favor: a veces la gente se confunde, compra entradas para El Joker y termina viendo El Jockey, o al revés".
Experiencia en el rodaje: “Egos chiquitos y energías creativas”
Respecto a la dinámica de trabajo en el set, Nahuel describe una experiencia especial, marcada por una conexión única con su compañera de reparto y el equipo:
"Fue increíble. Hubo una conexión muy familiar, muy sincera. El elenco es fantástico, Dani Jiménez Cacho, Mariana Di Girolamo, Roly Serrano... todos muy estimulantes. Es maravilloso cuando uno está en un ensamble de gente creativa, con ganas de crear y, sobre todo, con 'egos chiquitos'. Sentimos que estábamos al servicio de la obra, y el resultado es una película llena de vida".
Además, Nahuel destaca la riqueza multicultural del proyecto:
"Es una película que cuenta con personas de muchos países. La energía del rodaje fue muy auténtica y enriquecedora. Es una película que, aunque es muy porteña y muy de Buenos Aires, logra ir más allá de esas fronteras, amalgamando identidades en un lenguaje universal".
Sobre la unión de los pueblos Iberoamericanos a través del cine
A raíz del carácter multicultural de la película, la entrevista tomó un giro reflexivo hacia el papel del cine en la unión de los pueblos iberoamericanos. Nahuel expresó su visión de una abolición de fronteras culturales:
"Voy más allá del idioma. La verdadera revolución sería la abolición de fronteras. Cada vez que hay encuentros entre culturas que naturalmente no deberían conectarse, es saludable y digno de celebración. En Latinoamérica, siempre hemos estado supeditados a la validación de nuestro arte por centros hegemónicos de poder, como Estados Unidos o Europa. Sería ideal construir algo como la Unión Europea en Latinoamérica, donde hablamos el mismo idioma, compartimos raíces".
La influencia de Europa y la necesidad de financiamiento local
Nahuel también abordó la influencia que ejercen los centros europeos en la financiación del cine latinoamericano, resaltando los riesgos de esta dependencia:
"Tampoco creo que sea saludable que siempre sea Europa la que financie nuestras películas, porque cuando alguien financia, también determina gustos, lenguajes, estéticas. Mi sueño sería una alianza de países del sur global, donde podamos producir nuestras historias sin necesidad de pasar por una validación europea".
Curiosamente, el actor notó la relación con Francia como financiador preferente, en lugar de España, país con el que muchos pensarían que existiría una conexión más natural. Para él, esto refleja un “neocolonialismo” cultural francés:
"Francia tiene una política internacional de expansión cultural muy fuerte. Pone su símbolo en todo tipo de producción cultural, de una forma casi neocolonial. Sería genial que otros países también inviertan en cine".
Dificultades para crear producciones multinacionales
Nahuel compartió una experiencia en el rodaje de una película de Eduardo Williams en Perú, Sri Lanka y Taiwán, donde enfrentaron problemas logísticos debido a las estrictas políticas migratorias. Esta situación, según él, ilustra la falta de libertad para personas del sur global:
"El sistema es fascista y perverso. Nuestros actores se quedaron varados en Qatar porque no les creían que sus pasaportes y cartas de invitación fueran reales. La libertad de los individuos está completamente controlada y militarizada. Hay mucho que trabajar para abrir esos caminos".
Reflexiones sobre el cine Latinoamericano y la realidad cultural en argentina
En cuanto a la situación actual del cine latinoamericano y su visibilidad en festivales y taquilla, Nahuel se muestra reticente a hacer un análisis:
"No soy muy cinéfilo ni llevo cuentas de cómo va el cine iberoamericano en festivales o taquilla. No tengo idea, no sé si la gente sigue yendo al cine o si todo es en streaming ahora".
Cuando se le preguntó sobre la cultura y el cine en Argentina bajo el nuevo contexto político, Nahuel expresó su tristeza y frustración:
"Es un desastre. Hay mucho desprecio y una obstinación destructiva hacia todo lo que representa la cultura e identidad nacional. Están destruyendo la industria cultural, incluyendo el cine. La única voz que quieren que se escuche es la de quienes tienen poder económico. Es como volver al medioevo, donde sólo los que tienen dinero pueden manifestarse".
Para Nahuel, el papel del Estado es fundamental en la promoción de una cultura diversa:
"La diversidad en el arte es esencial. El Estado debería intervenir para dar voz a todos los artistas, sin importar su situación económica. El arte tiene que ser lo más diverso posible, para todos y para nadie, y esa diversidad es lo que nos constituye como pueblo".
El futuro en la industria cinematográfica
Al preguntarle sobre futuros proyectos o colaboraciones, Nahuel sorprendió al revelar que no tiene deseos específicos o una lista de directores con los que quiera trabajar. Prefiere que la vida lo sorprenda:
"No tengo fanatismos ni deseos específicos en cuanto a trabajar con alguien en particular. Siento que tener demasiados deseos limita la posibilidad de vivir nuevas experiencias. La sorpresa siempre será mejor que cualquier deseo planeado".
Finalmente, respecto a cómo decide involucrarse en un proyecto, Nahuel confesó:
"Me gusta cuando un proyecto me desafía, cuando siento que puede aportar algo distinto, cuando me llama desde un lugar genuino y creativo".
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