House of Gucci. Gaumont Wilson


El director Ridley Scott, de 84 años, demuestra que tiene una visión duradera de lo que significa hacer cine y para quién lo hace, que es el público. Esta obra, como la anteriormente que estrenó "El último duelo", son cintas que visualmente requieren mucho esfuerzo por parte del director para mostrar algo bello, algo con colores, texturas, ángulos, dirección de actores, revisión de montaje, etc., que entra bien por los ojos y hace una película apetecible. 


Ridley Scott, director incansable

Ridley Scott tiene el mérito de que no se ha acomodado a hacer sencillas obras con guiones básicos. Ciertos realizadores juegan con la fama que les da su nombre para dejarse llevar, relajarse, sacar una película cada poco tiempo que seguro que podrán financiar (debido al prestigio de su nombre, como veremos con el nombre Gucci), también las cintas de estos realizadores irán bien en taquilla porque el solo nombre del director atraerá a las masas. En el caso de Scott, vemos que desborda trabajo energético, un trabajo en unas obras mastodónticas que pocos directores de su edad podrían llevar a cabo, no ya sólo por la falta de visión del cine moderno, sino también por la falta de fortaleza física. Un día el británico debería contar su secreto.

Con "House of Gucci" el director británico nos sumerge en la vida de la familia Gucci en los años 80 y 90. Haciendo gravitar la cinta alrededor de Maurizio Gucci (Adam Driver) y su esposa Patrizia Reggiani (Lady Gaga). El resto de actores son primeras espadas como Salma Hayek, Jared Leto, Al Pacino, Camille Cottin... La lista es larga y enriquecen el "prestigio" de la película, al igual que Gucci jugaba con ese prestigio para crear "marca".



La familia Gucci

Al igual que pasó con otro diseñador de moda, Giovanni Maria "Gianni" Versace, los finales trágicos se dan también en los Gucci. Posiblemente fuera de Italia la noticia no atrajo la atención más allá de la gente relacionada con la moda, pero Ridley Scott tuvo buen ojo para elegir el guión, basado en la obra "A Sensational Story of Murder, Madness, Glamour, and Greed", ya que la tumultuosa trayectoria de la mayoría de los protagonistas hace su vida muy cinematográfica. La cinta acaba en 1991, pero la historia del primo de Mauricio Gucci, Paolo Gucci parece particularmente interesante pasando de millonario a morir pobre en 1995 (habría que definir el término "pobre" para un millonario).

Las interpretaciones de Al Pacino y Lady Gaga son algo que da vida a la cinta, sin ellas el alma del film se perdería en manos del omnipresente en cualquier producción de cine que se precio Adam Driver y el camaleónico Jared Leto. Un detalle sobre estos actores es que Driver ya trabajó con Scott en su cinta "El último duelo" con una actuación que varía poco a la que vemos aquí (quizás aquí frunce menos el ceño). Jared Leto parece disfrutar de nuevo con los maquillajes excesivos donde cuesta reconocerle, al igual que pasó con "Mr. Nobody" y su papel de hombre centenario como vemos en estas imágenes de él en la vida normal, como Paolo Gucci y como Mr. Nobody.

  


¿Dolby cinema para combatir a Netflix?

Si hubiera que poner alguna nota que desconcierta en la cinta son la aparente falta de ideas que 
parece inundar el cine de Estados Unidos. El hacer una película sobre la vida de alguien o basada en un libro, aunque interesante, denota quizás falta de imaginación. Si echamos un repaso a las obras que se estrenan junto con "House of Gucci" tenemos secuelas de "Los caza fantasmas", o de "Residen evil". En breve se volverá a poder ver en pantalla "Matrix". La diferencia de ver estas cintas antes o ahora es la oportunidad de vivir una experiencia envolvente y completamente diferente a las salas normales que da ver las películas en salas como las Dolby cinema, donde las vibraciones pueden sentirse en la butaca, la calidad del sonido y la imagen hacen que el público llegue a sentirse que está dentro de la película, cuál Danny  en  "El último gran héroe" con Arnold Schwarzenegger.




Inglés hablado por estadounidenses con acento italiano

Otro aspecto sorprendente de la cinta es el idioma, escuchar a estadounidenses o británicos hablar en inglés pretendiendo ser italianos en Italia, es un concepto que pensaba que estaba pasado de moda. Es posible que no haya una solución perfecta, poner actores italianos hablando italiano en Italia no haría que la cinta tuviera la misma repercusión. Poner actores estadounidenses en Italia hablando italiano sería falso para el público italiano a parte de hacer la interpretación complicada para los actores si no dominan el italiano. Lo ideal hubiera sido hacerlo con un inglés perfecto y no pretender que se es italiano, o ver la película doblada a otro idioma (muerto el perro se acabó la rabia). Eso sí, Camille Cotin guarda su verdadero acento francés como ya hizo en otra cinta de Hollywood "Stillwater". Por cierto, Cotin se une a la gran "diáspora" de actrices francesas que están en superproducciones de Hollywood, uniéndose a la ya conocida Cotillard o a Léa Seydoux que vimos con James Bond en "No time to die".


Opinión: 3,2/5





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