“Soy Frankelda” sacude Annecy y marca un hito para la animación mexicana
El pasado 11 de junio de 2025, los hermanos Arturo y Roy Ambriz presentaron Soy Frankelda en el prestigioso Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy, el evento más importante del mundo en su categoría. La sala estaba tan abarrotada que “uno de los directores no encontró asiento, mientras que al otro le ‘robaron’ su lugar”. Sin embargo, nadie se movió de su sitio: “hasta que las luces se encendieron, nadie se movió de sus asientos, y el entusiasmo continuó con una ovación que se prolongó por más de 10 minutos”.
Conexión real: dos horas hablando con el público
Al finalizar la proyección, “estuvimos fuera dos horas platicando con personas de Alemania, Italia, Francia, España, que les había gustado mucho y nos contaron que les había llegado. Algunas personas lloraron”, confesó Roy. Esa interacción constante demuestra que Soy Frankelda cumplió su propósito: “conectar”. En Guadalajara, la respuesta fue igual: “la reacción fue similar... mucha gente se acercó para platicar, hicieron fila y esperaron un buen rato para tomarse una foto, contarnos su experiencia, así que estamos muy agradecidos de que a algunas personas les guste mucho”, comentó Arturo.
Musical inesperado pero bien recibido
Si bien la inclusión de números musicales sorprendió, Arturo comentó: “afortunadamente hemos escuchado muy buena retroalimentación acerca de las canciones y, hasta el momento, nadie nos ha reclamado que sea musical”. La parte musical no solo no aburrió, sino que fue un elemento destacado que arrancó aplausos espontáneos durante la función.
113 minutos de fantasía mexicana con propósito
El metraje final dura 113 minutos, superando largamente los típicos 90, pero, según Roy, “era lo que la historia requería”. Se trata de “una de las primeras películas de high fantasy de México... crea un lenguaje propio”, por lo que el tiempo fue necesario: “para poder construir y, poco a poco, crear una expectativa... y llegar al pay‑off con el tercer acto”. No fue una elección fácil, pero claramente está rindiendo frutos artísticos y emocionales.
Tres años de producción y un equipo de 200 personas
La creación de Soy Frankelda llevó “un poquito menos de tres años toda la producción, desde el guion hasta hoy”, con aproximadamente “cerca de 200 personas” involucradas, entre “VFX, músicos y todo”. La post‑producción se repartió entre Ciudad de México y Guadalajara, donde obtuvieron un cash rebate gracias a Filma Jalisco, con la ayuda de Polar Studios para “borrar rigs, hacer retoque digital”.
Dedicatorias que revelan lo íntimo detrás del arte
Arturo dedicó la película a sus hijas: “más allá de todo lo bueno, todo lo malo, siempre voy a recordar esta película como en la que nacieron mis dos hijas”. Roy, en cambio, la dedicó “a mis papás, que, aparte, son productores ejecutivos... también a mi esposa Ana, que es directora de arte”, porque “sin ella hubiera sido imposible que yo aguantara la presión de todo este proceso”.
Un “milagro” artesanal que abre nuevas puertas
Crear el primer largometraje stop‑motion mexicano fue, tal como Roy lo calificó, “muy, muy difícil. Es un milagro que exista. Nos encontramos con todas las puertas cerradas, las tuvimos que abrir a la fuerza, nos metimos, nos colamos”. Con distribución confirmada en México por Cinépolis Distribución este otoño y negociaciones en curso en otros países, aspiran a “abrir camino a muchas personas más”.
Making‑of final: tributo al arte y motivación para nuevos talentos
Al finalizar la película se presentó un making‑of “porque antes era muy fácil comprar un Blu-ray y ver el detrás de cámaras… nos ayudó mucho ver los making of de las películas que amamos”. Roy explica: “lo que queríamos con esto era inspirar a más personas, contarles un poco de cómo fue la historia, el trayecto de esto… pero también inspirar a que haya más producciones así de grandes como esta”.
Frankelda como legado creativo: homenaje a Mary Shelley
La concepción de la protagonista parte de una idea fascinante: “la inspiración principal para Frankelda es Mary Shelley. ¿Qué pasaría si Mary Shelley nunca hubiera logrado publicar Frankenstein? Y si tuviera que regresar como fantasma frustrada... nacida en México?” Artísticamente, Frankelda representa “la frustración de no ser tomada en cuenta”, un sentimiento compartido por los hermanos tras “14 años de estudio... y apenas fue el primer largometraje”.
De especial a largometraje: 11 años de evolución y persistencia
Roy recuerda que tras la serie, Warner les ofreció “un especial de 20 o 30 minutos… pero nos dimos cuenta de que no bastaba… hablamos con ellos… y acordamos que... se hacía una coproducción… el resto de la película es de nosotros”. Han sido “tres años muy complicados. Es un milagro que exista, y estamos muy felices con el resultado”.
Una leyenda en ciernes: humildad y esperanza
Cuando se le preguntó si aspiran a ser leyendas ya que acababa de pasar Chris Sanders por nuestro lado, Roy respondió: “pues ojalá, no depende de nosotros. Nosotros hacemos lo nuestro, ojalá que guste, ojalá que conecte, ojalá que ayude, y si en algún momento nosotros podemos ayudarle a alguien más, pues así lo haremos siempre”.
Soy Frankelda es más que un largometraje: es una obra que emociona, une públicos, rompe barreras y da voz a la fantasía y la creación nacional. Es la culminación de años de esfuerzo, pasión, familia y lucha, un “milagro” que puede inspirar a toda una generación de animadores que están por venir.
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