“Mi Demonio”: Un retrato visceral de la crisis de pareja en el Festival de Huesca 2025


En el marco del 53º Festival Internacional de Cine de Huesca, que se celebra del 7 al 15 de junio de 2025 en Huesca, España, el cortometraje colombiano “Mi Demonio”, dirigido por la colombiana María Vélez, se presenta como una de las obras más impactantes de la competencia oficial. Este relato íntimo y crudo explora las tensiones emocionales entre Eva y Jacobo, una pareja al borde del colapso en el momento transformador del nacimiento de su hijo.

En una entrevista, Vélez comparte las raíces personales de esta historia, los retos técnicos de filmar en un coche en movimiento y su esperanza de conectar con el público de Huesca a través de las contradicciones universales que definen la experiencia humana. El festival, reconocido como un referente del cortometraje y calificador para los Premios Oscar y Goya, ofrece un escenario ideal para esta obra que combina honestidad emocional con una poderosa narrativa visual.


La inspiración para “Mi Demonio” surge de una experiencia profundamente personal. “Tuve a mi primer hijo en una situación de pareja muy complicada. Teníamos problemas emocionales y económicos muy complejos”, confiesa Vélez. Al compartir su historia con otras madres, descubrió una realidad compartida: “Cuando empecé a contar mi historia a mujeres que ya habían tenido hijos, muchas me confirmaban que tener pareja e hijos es muy difícil”. Entrevistó a numerosas mujeres colombianas, quienes coincidían en dos conflictos centrales: “el conflicto por el dinero y la falta de deseo”. Estas dinámicas, tan comunes en Colombia y más allá, moldearon una narrativa que refleja las presiones emocionales y económicas que enfrentan las parejas al asumir la paternidad, convirtiendo el corto en un espejo de las complejidades humanas.

La atmósfera de “Mi Demonio” se intensifica en un escenario claustrofóbico: un coche en movimiento durante la urgencia del parto. “El parto es un momento súper claustrofóbico en el que uno realmente solo logra conectarse con uno mismo, con el dolor, pero también con lo bueno y con la dicha de ser madre”, explica Vélez. Para capturar esta tensión, la directora optó por un plano secuencia que sumerge al espectador en el encierro físico y emocional de los personajes. “Lograr meternos todos en el carro y conseguir ese encierro era primordial”, afirma. El trabajo de postproducción de sonido, realizado por Sinsonte, fue crucial: “Lograron recrear la densidad, pero manteniendo el realismo que yo estaba buscando”. Esta combinación de elementos visuales y sonoros crea una experiencia inmersiva que refleja la intensidad de Eva y Jacobo en un momento de crisis.

Los personajes de Eva y Jacobo se construyeron con un enfoque en las contradicciones humanas. “Justamente, lo que más me interesa en la creación de personajes y en la psicología humana son esas contradicciones que habitan en cada uno de nosotros”, señala Vélez. Sus disputas revelan heridas personales y relacionales, permitiendo al público empatizar con sus emociones encontradas. “Cuando las emociones se contradicen y chocan entre sí, surge una verdad muy particular con la que, pienso, todos los seres humanos pueden sentirse identificados”, reflexiona. Esta autenticidad emocional hace que el espectador se conecte con la vulnerabilidad de la pareja, incluso en un momento tan íntimo como el nacimiento de un hijo.

El título “Mi Demonio” encierra un simbolismo profundo. “La palabra ‘demonio’ viene del griego daimon. Antes del cristianismo, era un espíritu poderoso y sabio”, explica Vélez. En la narrativa, el “demonio” representa “nuestras oscuridades que también tienen un poder transformador”. Para la directora, “mi demonio es un espíritu que todos llevamos dentro. El demonio es la pelea interna, eso que habita en mí y que retengo: las pulsiones. Aprender a mirarlo de frente puede ser sanador y renovador”. Este concepto invita al público de Huesca a reflexionar sobre sus propias luchas internas, ofreciendo una interpretación universal del conflicto personal.

El contexto cinematográfico de Colombia desempeñó un papel clave en la creación de “Mi Demonio”. “Colombia es un país lleno de contrastes, de emociones intensas, de historias profundas que muchas veces se narran desde la intimidad y la resistencia”, destaca Vélez. Este “pulso emocional” del cine colombiano ha moldeado su visión como directora. El estreno del corto en el Festival de Cine de Cartagena, junto a otros nueve cortometrajes diversos, reflejó la vitalidad de la escena local: “Creo que ahora el cine en Colombia está empezando a tomar fuerza y nuevas narrativas se están integrando”. Esta diversidad narrativa enriqueció la autenticidad de “Mi Demonio”, anclada en las emociones crudas de su país.

Presentar “Mi Demonio” en el Festival de Huesca es un hito para Vélez. “Presentar Mi Demonio en Huesca es muy significativo para mí, porque es un festival que realmente valora las emociones crudas y las historias humanas contadas con honestidad”, asegura. La directora confía en que la experiencia de Eva y Jacobo resonará globalmente: “Toca emociones universales: el miedo, la transformación que trae la llegada de un hijo, la crisis del deseo, y las tensiones que surgen cuando el amor se mezcla con el cansancio y la incertidumbre”. Su objetivo es claro: “Lo que espero es que el público se vea reflejado en esa vulnerabilidad, en esos silencios incómodos, en las palabras que hieren pero también revelan. Mi Demonio no busca dar respuestas, sino abrir un espacio de empatía con esas contradicciones que todos hemos vivido en algún momento”.

El desafío técnico de filmar en un coche en movimiento fue superado con decisiones audaces. “Filmar Mi Demonio en un plano secuencia dentro de un carro fue una decisión radical, pero totalmente necesaria para la historia”, explica Vélez. El plano secuencia buscaba atrapar al espectador: “Quería que el espectador se sintiera atrapado con Eva y Jacobo, compartiendo su intimidad, sus silencios, sus tensiones”. El espacio reducido potenció “esa sensación de encierro físico y emocional”. Desde la dirección, Vélez trabajó con los actores para lograr una interpretación “orgánica, casi teatral, donde las emociones fluyeran en tiempo real”. En producción, se diseñó un sistema de cámara compacto y se ensayó minuciosamente “la coreografía del movimiento del coche, el ritmo de los diálogos y las transiciones emocionales”. El sonido fue esencial: “Era clave que el entorno no interrumpiera la concentración emocional del plano”. Vélez resume su apuesta: “Al mantener al espectador dentro de ese mismo encierro, la tensión emocional creciera de forma inevitable y visceral. Quería que el espectador no pudiera escapar, igual que los personajes”.

En el Festival de Huesca 2025, “Mi Demonio” se erige como una obra que combina la intensidad emocional con una narrativa técnica impecable. La visión de María Vélez, profundamente influenciada por su experiencia personal y el vibrante cine colombiano, convierte este cortometraje en un retrato universal de las luchas internas y las crisis de pareja. En un certamen que celebra la honestidad emocional, “Mi Demonio” promete resonar con el público, invitándolo a enfrentar sus propios demonios y a encontrar en ellos un potencial transformador.

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