A Useful Ghost. CANNES 2025
A Useful Ghost se presenta en la Semana de la Crítica (14-24 de mayo de 2025), una sección dedicada a directores emergentes y propuestas arriesgadas. Como una de las pocas comedias tailandesas en la selección, su mezcla de géneros y su tono inclasificable la convierten en un punto de conversación, aunque deberá competir con obras más estructuradas para dejar una marca duradera.
La película dirigida por Ratchapoom Boonbunchachoke, irrumpe en la Semana de la Crítica de Cannes 2025 con una propuesta tan desconcertante como magnética. Esta comedia tailandesa, que sigue a un hombre cuya esposa fallecida regresa como un espíritu atrapado en una aspiradora, es un cóctel de géneros y estilos que evoca la extravagancia de La venganza es mía, todos los demás pagan en efectivo (Edwin, 2021, ganadora en Locarno). Sin embargo, su ambición por descolocar al espectador no siempre aterriza con precisión, dejando un regusto de genialidad a medio pulir.
La película abraza un estética ochentera deliberada, con zooms abruptos, planos desquiciados y una paleta de colores saturados que parecen sacados de una cinta de VHS. Esta elección no es solo un guiño nostálgico, sino una declaración de intenciones: A Useful Ghost quiere incomodar, desorientar y, al mismo tiempo, seducir. Las actuaciones, encabezadas por Davika Hoorne como la aspiradora parlante, rayan en lo naíf, con un estilo que oscila entre lo teatral y lo improvisado. Este tono, reminiscente de las producciones asiáticas de serie B, da frescura, pero también genera desconcierto: ¿es comedia, drama, fantasía o una sátira queer? La respuesta es, probablemente, todo a la vez.
La narrativa, como en La venganza es mía, no se preocupa por la coherencia. Salta entre toques de melancolía —el duelo del protagonista por su esposa—, momentos de humor absurdo —diálogos surrealistas con la aspiradora— y guiños homoeróticos que añaden una capa de irreverencia. Esta mezcla, aunque divertida, puede sentirse abrumadora, con un ritmo que se tambalea entre lo frenético y lo contemplativo. La película brilla en sus imágenes ilógicas, como una aspiradora rodando por la selva tailandesa o un plano de un atardecer que parece pintado por un niño. Pero esa misma libertad creativa a veces juega en su contra, diluyendo el impacto emocional en un mar de ideas desbocadas.
Técnicamente, el filme es un festín visual. La fotografía, con sus tonos neón y encuadres excéntricos, captura la esencia de un cine que no teme ser “demasiado”. La banda sonora, cargada de sintetizadores retro, refuerza la vibra ochentera, aunque por momentos se siente excesiva. Comparada con la cinta indonesia, A Useful Ghost es más contenida en su violencia y más enfocada en la intimidad, pero comparte esa misma energía caótica que desafía las expectativas.
En Cannes, donde las propuestas audaces encuentran su lugar, A Useful Ghost destaca por su descaro y su habilidad para hacernos reír mientras nos preguntamos qué demonios estamos viendo. Es una película que se siente antigua y moderna al mismo tiempo, un artefacto extraño que celebra su propia rareza, pero que no siempre sabe hacia dónde va.
Opinión: 3/5
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