Eiman Mirghani: “Hice esta película como una carta de amor a un hogar que estábamos perdiendo”. DOHA FILM FESTIVAL 2025 (DFF)

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  La cineasta sudanesa-qatarí Eiman Mirghani (segunda por la izd. en la foto) regresó este año al Doha Film Festival para presentar su nuevo trabajo dentro de la sección Made in Qatar . Se trata de su tercer cortometraje y su segundo documental, Villa 187 , una obra que nace —según confiesa— de una profunda herida personal. “Estoy muy emocionada de estar de vuelta. Este es mi tercer cortometraje y mi segundo documental”, afirma.

Militantropos. CANNES 2025


Militantropos, dirigida por Yelizaveta Smith, Alina Gorlova y Simon Mozgovyi, es un documental visceral que retrata la resistencia, la pérdida y el éxodo en la Ucrania invadida. Seleccionado para la Quinzaine des Cinéastes de Cannes 2025, impacta por su crudeza y su urgencia política, pero tropieza en su ambición, quedándose a medio camino entre la potencia y la dispersión.

El enfoque coral, tejido por tres cineastas con cámaras al hombro, captura la guerra con una intimidad que los noticieros no logran: aldeas devastadas, rostros marcados por el dolor, trenes convertidos en tablas de salvación. Estas imágenes, crudas y humanas, son el corazón del filme. Gestos de solidaridad y destellos de esperanza entre escombros golpean con fuerza, pero la repetición de estos momentos diluye su frescura, como si los directores dudaran en dejar que el silencio hable.

La estructura no lineal busca reflejar el caos bélico, pero resulta desordenada, agotando al espectador con una narrativa que divaga sin un rumbo claro. La dirección colectiva enriquece las perspectivas, pero el tono oscila entre lo poético y lo artificial. Escenas como casas disolviéndose en ruido o fotos hojeadas entre escombros pretenden ser teatrales, pero a veces se sienten forzadas. El sonido, aunque envolvente, se ve opacado por la música de Peter Kutin, que roza lo melodramático y resta autenticidad.

Comparado con obras previas de los directores —This Rain Will Never Stop (Gorlova) o School Number 3 (Smith)—, Militantropos es menos preciso. Detalles potentes, como ucranianos escupiendo en tanques rusos, impactan, pero quedan en lo visceral sin explorar su complejidad. El marco minimalista, descrito como “del cero al cielo”, es un acierto conceptual, pero no compensa la sensación de que la película abarca mucho y profundiza poco.

En Cannes, su origen ucraniano y su contexto político le dan relevancia, pero en una sección conocida por su rigor narrativo, Militantropos lucha por destacar. Es una obra valiosa y necesaria, pero su ejecución deshilachada y sus excesos estilísticos le impiden ser inolvidable.

Opinión: 4/5

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