Crítica My Father’s Scent. El Gouna film festival.

Mohamed Siam presenta en El Gouna My Father’s Scent, una obra que parte de una premisa potente: la compleja relación entre un padre y un hijo. El tema, de por sí, tiene una gran carga emocional y suele conectar con el público por su universalidad y capacidad de generar empatía. Sin embargo, aunque las intenciones del director son evidentes y nobles, la película se queda a medio camino entre el drama familiar y el retrato psicológico.

La historia se centra en la difícil relación entre un joven y su padre, marcada por una dinámica repetitiva de conflictos y reconciliaciones que acaba restándole fuerza narrativa. Las discusiones entre ambos —y también entre el protagonista y su novia— siguen un patrón previsible: pelean, se reconcilian, vuelven a pelear… hasta el punto de que el espectador siente que el relato no avanza, cayendo en un bucle emocional que agota el interés.


La falta de coherencia narrativa se hace evidente en varias secuencias: el momento en que el padre desaparece durante una comida en el restaurante, o el súbito cambio del abuelo —que pasa de no poder moverse a conducir un coche— rompen la verosimilitud y debilitan el impacto del drama. La película tiene ideas interesantes y una tensión inicial bien construida, pero se diluyen en un guion que no logra sostenerlas ni darles sentido.

En cuanto a las interpretaciones, el actor principal muestra cierta contención que a veces se confunde con monotonía. Su actuación carece de matices: da igual si está drogado, cansado o sereno, el registro emocional parece el mismo. El resto del reparto peca de sobreactuación, con diálogos que suenan forzados y actuaciones que se perciben demasiado “ensayadas”.

Pese a todo, My Father’s Scent tiene momentos de valor. La inclusión de los niños aporta un respiro luminoso dentro del drama, aunque tampoco encaje del todo en el tono general. La escena en la que descubren la muerte del abuelo, tratada casi como un juego, es un ejemplo de cómo la película roza temas profundos pero se queda sin el dramatismo necesario para conmover.

En definitiva, My Father’s Scent es una obra con buenas intenciones y con un inicio prometedor, pero que acaba desinflándose por su falta de ritmo, de coherencia y de profundidad emocional. Es un intento honesto y con ambición, pero se nota como una película primeriza: más valiosa por lo que promete que por lo que finalmente entrega.

Opinión: 5/10




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