En el Festival Internacional de Cine de Doha (20–28 de noviembre), Divine Comedy , la nueva película de Ali Asgari, irrumpió como una sorpresa afilada: una sátira sobre la creación artística en un entorno donde la vigilancia opera sin descanso. El director lo resume con ironía: “En mi país, hacer cine no es un trabajo: es una maratón de obstáculos inventados cada día”. La frase, compartida en una de las charlas del festival, condensa el espíritu del filme.
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The corridors of power. FIPADOC 2023
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Dror Moreh consigue algo casi imposible, sentar a los dirigentes del país más poderoso del mundo, y hacerles hablar sobre sus errores en política exterior.
El director Israelí pone en entredicho la utilidad de la guerra y las armas, para conseguir la paz. Empezando por la guerra de Irak, pasando por Bosnia, Ruanda, Serbia, Libia o Siria, intenta explicar porqué se hicieron las cosas que sí hicieron, y el porqué de la falta de acción.
En este grandioso documental, contrastamos la forma de hacer las cosas de Estados Unidos y de Europa, uno activo y el otro precavido (en exceso).
Utilizando como hilo conductor el libro de Samantha Power "A problem from hell" ganadora del Pulitzer, muestra la importancia de hacer algo, no quedarse pasivo, ante las atrocidades que se cometen en otros lugares, por muy lejanos y ajenos que parezcan. Desde lo que pasó en la segunda guerra mundial, en Auschwitz, hasta la perplejidad que levantaba el no hacer nada durante la guerra de los Balcanes, en medio de Europa.
El director se centra en EEUU dejando a un lado Europa, y mejor, porque la pasividad con la que los países europeos reaccionan ante los problemas de terceros muestra a las claras dos cosas: la inutilidad de ser tantos países con la burocracia y lentitud que eso conlleva y la falta de Europa como un ente unido.
El director hace un prodigioso repaso con los protagonistas que decidieron que hacer, entre ellos están Madeleine Albright, Colin Powell, Wesley Clark, Leon Panetta, Samantha Power y el dios eterno de la geopolítica Henry Kissinge, pero también habla escuetamente Barak Obama.
Un prodigioso documental que ayuda a entender la precisión de las decisiones tomadas o la falta de ellas, como cuando el periodista pregunta porqué se continuó en uno de los países donde había un problema, una vez que el problema había desaparecido: la respuesta fue que no habían hablado de que hacer después y por eso continuaron allí.
Colin Powell pone la nota de humor al hacer referencia a lo bonito de su uniforme tras, aparentemente, escuchar lo que dijo Madeleine Albright sobre él, e incluso protagoniza un momento de tensión cuando le dice al entrevistador que no ponga palabras en su boca que no ha dicho, y ridiculiza la pregunta que le acababan de hacer.
Un documental increible por la gente que está delante de él, aún nos preguntamos cómo ha conseguido convencer a todos estos referentes para ser parte de un documental.
La inteligente conclusión es que no hay soluciones perfectas y los errores se siguen cometiendo, dejando que el mal se imponga una vez, coge fuerza para la siguiente, como se puede ver por parte de Rusia con la anexión de Crimea y ahora tenemos los resultados de la débil respuesta mundial, con la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Lamentablemente este episodio no hace parte del documental, pero queda flotando en la imaginación del espectador, haciendo (su ausencia) más importante que su presencia. Un documental que debería ser estudiado en las escuelas, en general, para dar un repaso rápido de geopolítica que ayudará a entender un poco el cómo pasan las cosas en el mundo. Un candidato a ganar la sección de documentales internacionales de FIPADOC.
Tras deslumbrar al mundo con El hijo de Saúl (2015), László Nemes regresa a la gran pantalla con Orphan ( Árva ), presentada en la Sección Oficial de la 70.ª Seminci, Valladolid (España, 24 oct.-1 nov.). Una década después de su consagración, el director húngaro mantiene intacta su obsesión por el detalle y su voluntad de construir un cine moralmente riguroso, en el que cada gesto encierra una pregunta sobre la memoria y la culpa. Sin embargo, lo que en El hijo de Saúl era intensidad contenida, aquí se convierte en contención excesiva, en un rigor formal que roza la asfixia.
La segunda película del colombiano Simón Mesa Soto, Un poeta , presentada en Un certain regard de Cannes 2025, parece concebida como un experimento: un ensayo tragicómico sobre la creación artística, la decadencia masculina, y la supuesta trascendencia de la poesía en un mundo que no la necesita. Sin embargo, lo que podía haber sido un retrato melancólico y lúcido sobre el fracaso —personal y estético— termina convirtiéndose en una acumulación de decisiones formales y narrativas que resultan más autoindulgentes que efectivas. Rodada en 16mm, con un formato 4:3 que busca evocar una estética de otra época —quizá en correspondencia con la anacronía de su protagonista y su universo poético marginal—, Un poeta se construye desde el principio como una película que demanda ser tomada en serio. Y esa es precisamente su trampa: el uso del celuloide y del encuadre cuadrado, lejos de ser herramientas expresivas al servicio de la historia, se sienten como gestos estéticos vacíos, una especie de ...
Por David Sánchez El cine español cerró 2024 con una variada oferta de producciones que lograron atraer a millones de espectadores, aunque no todas alcanzaron el éxito esperado. Este artículo analiza el rendimiento económico del cine español en las primeras 50 cintas más vistas, destacando a las películas más taquilleras, aquellas que quedaron por debajo de ciertos umbrales de recaudación, y el papel crucial de las distribuidoras.
La presentación de Frankenstein en el Festival de Venecia 2025 reveló una obra monumental, tan ambiciosa como íntima, que busca renovar el mito literario con una lectura profundamente humana. Más que un relato de terror gótico, la película es un drama sobre la paternidad fallida, la soledad y la necesidad de reconciliación.
De nuevo en una de las mejores secciones del festival de Seminci, en Valladolid (España), tenemos un nuevo título con el nombre propio del protagonista (comparte sección con “Nino”). Siendo sinceros, este título no invita demasiado —“Kika” suena a comedia ligera o a algún derivado posmoderno del cine de Almodóvar—, la sorpresa llega pronto: lo que encontramos es una de las películas más inteligentes, sutiles y emocionalmente feroces del cine belga reciente. Alexe Poukine, de origen francés pero afincada en Bélgica, después de su trayectoria documentalista en Dormir, dormir dans les pierres o Lo que no te mata , demuestra que su mirada sobre la realidad es tan aguda como compasiva. Aquí, por fin, se atreve a dar el salto a la ficción total sin perder su tono de observación antropológica.
Película que hace su estreno internacional en el Red Sea IFF de Jeddah (Arabia Saudita) y que fue dirigida por el director iraní Amir Hossein Asgari , presentada inicialmente en Iran, en el 40º Festival de Cine Fajr (ganando 4 premios), es una obra cinematográfica que oscila entre la ostentación y la cautivación.
El director colombiano Ciro Guerra se ha consolidado como una de las voces más potentes y singulares del cine latinoamericano contemporáneo. Con El abrazo de la serpiente (2015), nominada al Óscar y con múltiples premios en Cannes, Sundance o Lima, abrió un diálogo global sobre el colonialismo, la pérdida de la sabiduría ancestral y la devastación ambiental. Casi una década después, su película conserva una fuerza y una vigencia conmovedoras. En el marco de la 70ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) —que se celebra del 24 de octubre al 1 de noviembre de 2025—, Guerra conversa sobre la actualidad de su obra y sobre el papel del cine como herramienta para repensar nuestra relación con el planeta.
En el marco del Festival de Cine Latinoamericano de Biarritz 2024, la directora venezolana Mariana Rondón presentó Zafari, una película que ha llamado la atención por su enfoque en las crisis que sacuden o han sacudido América Latina, usando una fábula distópica protagonizada por un hipopótamo. La película, que es una coproducción entre Perú, México, Brasil, Chile, República Dominicana y Francia,con un reparto también internacional donde destacan: Samantha Castillo, Francisco Denis, Varek La Rosa o Daniela Ramírez, refleja las tensiones sociales y políticas que atraviesan la región, especialmente en países como Venezuela, de donde es originaria la directora.
Nino , de Pauline Loquès , presentada mundialmente en el Festival de Toronto (TIFF 2024) y ahora en la 70ª Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) dentro de la sección Punto de Encuentro del festival Español , es una película que sorprende precisamente porque no intenta sorprender. A partir de una premisa que podría dar pie al sentimentalismo —un joven que acaba de ser diagnosticado con cáncer—, Loquès construye un relato íntimo, lúcido y profundamente humano. Es una de esas películas que no buscan provocar lágrimas, sino acompañar al espectador en un proceso emocional que, sin grandes golpes de efecto, deja una huella duradera.
La reciente rueda de prensa de Train Dreams ofreció a la prensa y al público un vistazo profundo al corazón de esta nueva película, que explora la vida, la pérdida y la resiliencia a lo largo de ocho décadas en Estados Unidos. Dirigida y coescrita por Clint Bentley, la película adapta la novela homónima y reúne a un elenco destacado, incluyendo a Joel Edgerton, Felicity Jones, William H. Macy y Kerry Condon, junto al director de fotografía Adolpho Veloso.
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