Diecisiete + entrevista a Daniel Sánchez Arévalo. CineEspaña Toulouse 2019
Daniel Sánchez Arévalo, uno de los mejores realizadores españoles de los últimos tiempo, vuelve a sorprendernos con esta joya, la película “Diecisiete”.
Con el posible Goya al mejor actor revelación entre el casting, Nacho Sánchez y Biel Montoro juegan un rol de hermanos realista, sin fisuras. Como nos tiene acostumbrados Daniel, las relaciones de familia tienen un papel muy importante en sus obras, y esta no sería una excepción.
Con Nacho Sánchez (Ismael), increíble en este papel, como hermano mayor que cree que tiene las respuestas para todo. Biel Motoro(Héctor)) como hermano pequeño, desubicado en el mundo, sin un lazo familiar fuerte mas allá del de su abuela.
Héctor está en un reformatorio por sus continuos robos y la denuncia de su hermano. Dentro, es completamente antisocial, y su único refugio es Oveja, un perro tambien antisocial al que entrena temporalmente hasta que sea adoptado.
Los problemas vienen cuando el perro es adoptado y Héctor decide ir a buscarlo, implicando a su hermano, abuela, y mezclando su mundo con el de Ismael. A partir de aquí es una road movie fantástica, con los campos de Cantabria como escenario.
La película tiene inteligencia, sutileza, lo vemos en el síndrome de aspergen brillantemente interpretado por Biel, en sus ideas cuadriculadas, excelentes si fueran bien encauzadas. En contraposición está Ismael, que no lleva esa vida ordenada, cayendo en vicios, miedo a la responsabilidad y problemas económicos.
En “Diecisiete” volvemos a ver estos deliciosos dramas a los que nos tiene acostumbrados Daniel, donde los momentos más dramáticos son salpicados con miles de palabras de una verborrea que dejaría atónito al mismísimo Luis García Berlanga. Estas conversaciones aceleradas, con dudas, son sello de la casa y cuando el espectador lo escucha, se siente a gusto, en el cobijo de una forma de escribir guiones que sabe que no le va a defraudar.
Aunque Berlanga puede tener alguna importancia en su obra, nos comentó que su referente máximo es Billy Wilder, entre otras con la obra maestra “El apartamento”, y actualmente Alexander Payne, autor de Nebraska.
El director y guionista de “Diecisiete” nos contaba que no tenía un mensaje a transmitir cuando escribía la película, eso viene después. Él toma detalles de la vida cotidiana y les va dando forma, ellos solos van tomando vida y transmitiendo el mensaje. En el caso de esta película fue un recorte colgado en casa de un amigo, donde la terapia con un perro había ayudado a un preso, y pensó que estaría bien en la gran pantalla.
Nacho Sánchez (un muy posible Goya) y Biel Motoro (otro posible Goya) son dos descubrimientos para la gran pantalla, como protagonistas. Cuando decimos posibles Goya, hay que ver la trayectoria de Daniel Sánchez Arévalo, al que se le puede considerar una fábrica de genios, habiendo “descubierto” a António de la Torre, Raul Arévalo, Quim Guitierrez. Daniel nos confiesa que es muy posible que Biel y Nacho estén ahí un día. Su método de trabajo con los actores, y lo que le hace tan especial, es el trabajo anterior, meses haciendo que los actores sientan lo que van a ser en la película, no es necesario que se aprendan el guion, pero sí el rol de uno con respecto a otro.
En esta película no vemos un cambio tan drástico como el que le pidió a Antonio de la Torre en “Gordos” de engordar 33kg y perderlos. Pero la actuación de Biel, con el síndrome que interpreta, le hizo trabajar como voluntario varias semanas en un centro en chicos con ese síndrome asperger , para aprender su comportamiento y después actuar delante de la pantalla.
Como no podía ser menos, y estando en Francia, le preguntamos sobre la opinión que tiene sobre el cine Francés y como la gente valora el cine en Francia. Su respuesta: con mucha envidia. Fue la misma que nos dio Rosi de Palma cuando lo entrevistamos en San Sebastián.
Esperemos que tenga suerte en el festival de Cineespagne ya que está en la sección oficial.
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