War pony. CANNES 2022



¿Hay indígenas en América?, la respuesta para países como Perú, Honduras, Venezuela... es obvia, ya que una de ellas está o ha estado como la cabeza del estado y persona más visible. En el caso de Estados Unidos, la respuesta es más complicada a ojos europeos, ya que no es algo habitual ver actores, políticos o cantantes indígenas, por lo que películas como "War pony" puede iluminar un poco esta falta de información.




Mostrar lo desconocido

 Las dos jóvenes directoras, Gina Gammell y Riley Keough, muestran maestría en un guión complicado de ejecutar. La sensación de no sentirte querido en tu propia tierra, se genera con múltiples pequeños gestos, algunos de ellos invisibles al ojo europeo. Explicar qué es una reserva, sin parecer un documental, es parte de los retos a los que se enfrentan en la cinta.

Los protagonistas son jóvenes de familias desestructurizadas, de la subtribu Oglala, en la reserva de Pine Ridge en el estado de Dacota del sur de Estados Unidos.

El joven Bill (Jojo Bapteise Whiting) y el niño Matho (LaDainian Crazy Thunder) son los interlocutores que nos mostrarán, con su don para la actuación, dos visiones de una misma realidad. La precariedad económica de Bill le obliga a aceptar trabajos que no son del todo honrados. Mientras que Matho, con sus pocos años, ya tiene un currículum de delincuencia que le abrirá las puertas a muchos problemas.




Integración de dos mundos

La falta de adaptación de una comunidad, como la Oglala, parece estar ligada a un uso habitual de drogas y la falta aparente de aceptación de la ciudadanía "adinerada blanca". El juicio de las directoras no queda determinado, siendo unas meras observadoras exteriores y mostrando la mezquindad de ambas sociedades. Con un final complicado de entender, el transcurso del film es sólido, con una descripción perfecta de los personajes en diferentes situaciones, que hace que el espectador empatice rápidamente con ellos.

El encuentro entre los dos protagonistas era evidente, viendo en una misma escena el futuro sombrío del niño o el pasado no tan inocente del hombre. Las cargas sociales y el mantenerse a sí mismo, parece ser la única diferencia. Los excesos y abusos de las normas son algo común a ambos.

La clase social alta, interpretada por gente blanca, pone el contrapeso a la sociedad indígena. El espectador europeo hubiera necesitado un poco más de didáctica para explicar más el entorno de una reserva de indígenas, algo que en el resto de América no existe ya que forman parte activa de la sociedad y de una población que no "encarcela" a parte de su población por el color de su piel. La palabra reserva no está bien entendida ni explicada en la película, pudiendo llevar a pensar, quizás equivocadamente, en un "gueto".

La frescura de las actuaciones de sus protagonistas y coprotagonistas es el punto fuerte de esta película, que tras verla deja un poso animando a saber más sobre estas tribus indígenas.

Opinión: 3/5





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