Vicious Fun. BIFFF 2021


El director canadiense Cody Calahan presenta esta alocada obra en competición del festival BIFFF 2021.



La cinta es una muestra de buen terror humorístico, sin llegar al extremo de "Scary Movie". En esta tenemos al protagonista Joel (Evan Marsh) en los años 80, por lo que no hay móvil: por lo que las situaciones son más dramáticas. La falta de nuevas tecnologías es un papel muy bien jugado por el director, que nos hace darnos cuenta en múltiples circunstancias, de lo dentro que se han metido en nuestro cerebro estas tecnologías: imposibilidad de coger un taxi con el móvil, llamar a la policía si nos quedamos encerrados en una cocina, y multitud de situaciones que crean un guión con muchísimo juego, en el que no tiene que inventarse inverosímiles situaciones para dejar sin señal, o batería al protagonistas. Con un guión basado en los 80, todos los problemas quedan solucionados.

Joe se ve envuelto en un club de asesinos, se hace pasar por uno de ellos pero al ser descubierto intenta salvar la vida, las cosas en el restaurante chino empiezan a ir mal para todos, entre cortes de dedos, fiambres en el congelador, gente destripada, y otra suerte de muertes que artísticamente son muy aceptables, haciendo la película muy divertida. 



El director nos hace constantes guiños a las películas de terror, con Joel siendo un redactor de una revista de películas de horror, el cartel de la película "Taxicab Driller" en vez de "Taxi driver", o el momento cumbre donde un secundario muy simpático que morirá en breve nos sintetiza los requisitos de una película de terror. Y no, no es un spoiler en toda regla, está claro que en esta cinta no queda con vida ni el tato, esa es la gracia de la cinta, predecible pero como dijo aquél "el diablo está en los detalles" y aquí el detalle jugoso está en cómo morirán cada uno de ellos. El director y co-guionista Calahan, realmente tiene imaginación para ir acabando con los personajes, manteniendo siempre una máxima: que haya mucha sangre. Una película que habría hecho las delicias de los asistentes al cine en Bruselas, o que seguro que las hizo en Sitges el año pasado en la sección Panorama. En Sitges son muy dados a aplaudir, aumentando la dosis de aplausos según van aumentando los centímetros cúbicos de la sangre que se vea por pantalla.


Sin poder ni querer pedir más a las interpretaciones de los personajes, estos cumplen su papel de joven perdedor e idealista para Joe, Bob (Ari Millen ) asesino frío e irónico, Carrie (Amber Goldfarb) mujer decidida y asesina perfeccionista, Fritz (Julian Richings) meticuloso y extremadamente delgado que se convierte en payaso para matar, Mike (Robert Maillet) un mole enorme con pocas palabras y un casco de soldador para matar. En el cóctel tenemos que añadir unos policías ineptos pero muy graciosos, y una compañera de piso de Joe que vive en los mundos de las piruletas.



La cinta muestra una cascada en otra cascada, en donde Joe protege a su compañera de piso de las garras del malvado, mientras que Joe es a su vez protegido de este mismo malvado con la ayuda de la co-protagonista. El doble juego de Joe pasando de cervatillo desvalido, a León cojo, se va viendo con el aumento del protagonismo que tiene en las escenas de violencia. La frase que parece hacerle reaccionar y dejar a un lado su victimismo es la de que "no se puede forzar a nadie a sentir por ti lo que no siente". Vemos este cambio de actitud y físico, al final de la película, que da pie a una posible segunda parte. Por cierto, la última escena en el cine, no queda claro a que fueron, parece como si se les hubiera olvidado algo. Incluso el director juega con esta hipótesis cuando le preguntan esto mismo al protagonista, y vuelve a por lo que se le había olvidado, pero aún así el espectador sigue pensando que se le ha olvidado algo, y no sabemos por qué el director deja este agujero en el guión sin lógica.



Sin buscarle un mensaje oculto, ni poesía en las imágenes, la cinta es muy divertida, brutal en ocasiones y consigue su objetivo de hacernos pasar un buen rato en nuestros salones mientras la vemos online. En los cines, nos haría pasar uno de los mejores momentos del año con los fanáticos de este género en Sitges o Bruselas donde no se pararía de aplaudir, reír y disfrutar en un volumen un poco alto para los estándares de públicos en otros festivales... nunca se podrá comparar ver una película en casa o en cines, y esta cinta es un claro ejemplo de ello.


Opinión: 3,7/5

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