Somewhere in between. RSIFF 2023


Dahlia Nemlich nos sumerge en un viaje sensorial con su cortometraje "Somewhere in between", presentado en primicia mundial en el Festival de Red Sea IFF en Jeddah. La directora franco-libanesa demuestra su maestría no solo en la narrativa visual, sino también en el uso magistral del sonido para crear una experiencia única.


La historia gira en torno a Elias y Christiane, una pareja que ha compartido sesenta años de matrimonio. Sin embargo, su convivencia se ha vuelto solitaria debido a la enfermedad de Elias y las rutinas encerradas de Christiane. El amor entre ellos se convierte en una entidad que sobrevive en los recuerdos compartidos, y es esta conexión la que Dahlia Nemlich explora con sensibilidad y maestría.

Sonido, la pieza clave del éxito visual

El sonido emerge como un elemento central y poderoso en la película. La mezcla del susurro del mar con la realidad crea una sinfonía que transporta al espectador a un estado de ensueño. Este sonido, más que un mero acompañante, se convierte en el catalizador de los sueños del protagonista. La habilidad de Nemlich para fusionar el sonido del mar con la realidad refleja la complejidad de la memoria y cómo los sonidos pueden ser puentes hacia el pasado.

Es a través de este sonido que Elias sueña despierto, transportándose a momentos significativos de su juventud con Christiane. La elección de lugares como el mar y una casa abandonada no es accidental. Estos escenarios simbolizan la solidez del amor incluso en situaciones desmoronadas. La casa abandonada, en particular, se convierte en un ícono de que, aunque las estructuras se desintegren, el amor siempre tiene un rincón que permanece inquebrantable.

El simbolismo alcanza su apogeo en la imagen chocante de la bañera en la playa. Este contraste entre la intimidad de la bañera y la vastedad del océano crea un impacto visual y emocional. La escena encapsula la dualidad de la relación: lo íntimo y personal frente a la grandeza del compromiso y la conexión que trasciende el tiempo y el espacio.

Hablar con los recuerdos

Las imágenes de las caras de los protagonistas, mirándose con una intensidad que habla más que las palabras, son un testimonio de la destreza visual de Nemlich. La elección de no permitir que los personajes hablen directamente entre sí añade una capa de misterio y sensualidad a la narrativa. En lugar de palabras, la película utiliza una voz en off que son los recuerdos compartidos, creando una conexión poética entre los personajes y el espectador.  Es a través de estos gestos y toques que se comunican, construyendo una empatía palpable que trasciende las barreras del lenguaje.

La directora, con una trayectoria que combina la dirección y la producción, demuestra también su habilidad como narradora visual. Su experiencia en la música, bajo el nombre de DahliaOnTheRun, se refleja en la elección cuidadosa de la banda sonora, que se integra perfectamente en la narrativa.

Opinión: 4,7/5







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