Doha celebra el talento del cine argentino y chileno en el DFF 2025
Por David Sánchez
Entre el 6 y el 14 de junio de 2025, la ciudad de Huesca volverá a ser punto de encuentro para cineastas, críticos, programadores y amantes del séptimo arte de todo el mundo, gracias a la 53ª edición del Festival Internacional de Cine de Huesca. Un certamen con más de medio siglo de historia, cuyo prestigio internacional lo ha convertido en una de las citas imprescindibles para el cine en formato corto, no sólo en España, sino a nivel global. Este año, 76 cortometrajes de 34 países lucharán por un lugar en el palmarés y, con ello, por pasar a la preselección de los Premios Oscar de Hollywood.
En esta edición, España lidera la participación con 23 cortometrajes seleccionados, seguida de Francia con 15, Bélgica con 5, y Argentina y México con 4 producciones cada uno. Esta representación evidencia la vitalidad y riqueza creativa de estos países en el ámbito del cortometraje, un formato que, lejos de ser menor, se consolida cada vez más como espacio de innovación, experimentación y descubrimiento de nuevas voces.
El Festival de Huesca ha recibido este año más de 2.000 obras procedentes de 101 países, una cifra récord que reafirma su posición como una de las plataformas más valoradas por los cineastas emergentes y consagrados. La sección oficial se divide en tres competiciones: Internacional, Iberoamericana y Documental, destacando no sólo la diversidad de procedencias, sino también la riqueza temática y de estilos.
Uno de los aspectos más destacables de esta edición es el notable incremento de óperas primas, alcanzando las 37 producciones, casi la mitad del total, con maravillas como Jacaré o Domingo Familiar. Este dato confirma la vocación del certamen oscense como rampa de lanzamiento para los cineastas del futuro, consolidándose como un espacio de descubrimiento de nuevos talentos, hasta llegar a consagrados como Rúnar Rúnarsson con O.
Igualmente relevante es la presencia de mujeres directoras, con 28 cineastas seleccionadas. Especialmente significativo es su peso en las secciones Internacional y Documental, donde alcanzan una participación destacada: 14 de las 30 obras internacionales y 6 de los 15 documentales están dirigidos por mujeres. Como afirma Estela Rasal, directora del certamen, “las voces femeninas se están abriendo paso por derecho propio en el mundo audiovisual, enriqueciendo el discurso y aportando una perspectiva imprescindible para un mundo más justo e igualitario”.
La diversidad de temáticas y géneros es otro de los grandes valores de esta edición. En palabras de Rasal, “el drama y la comedia están muy equilibrados; hay historias sobre familia, religión, adolescencia, temáticas ‘queer’, incluso biopics”. Este mosaico de propuestas refleja la evolución social y cultural del mundo contemporáneo, que se plasma de forma viva en las pantallas del Teatro Olimpia, sede principal del festival.
Desde hace dos décadas, el Festival Internacional de Cine de Huesca cuenta con la certificación oficial de The Academy en Hollywood como festival calificador para los Premios Oscar, uno de los sellos más codiciados para cualquier certamen. Este privilegio, renovado para 2025, lo comparte únicamente con seis festivales en toda España, convirtiéndolo en un reclamo global de primer nivel.
El Premio Danzante, máxima distinción del festival, permite a sus ganadores entrar en la carrera por el Oscar, una posibilidad que otorga un valor incalculable a cada selección. En total, el palmarés repartirá más de 24.000 euros en premios, incluyendo el Premio del Público, patrocinado por Aragón TV, que cada año se convierte en uno de los momentos más celebrados por su carácter participativo.
A lo largo de sus más de 50 años, el Festival de Huesca ha sido una de las primeras plataformas para cineastas que hoy son referentes internacionales. Entre los nombres que alguna vez pasaron por este certamen se encuentran:
Isabel Coixet, cineasta española con reconocida trayectoria internacional, quien presentó en Huesca algunos de sus primeros trabajos antes de consolidarse como una de las directoras más relevantes del cine europeo.
Fernando Trueba, ganador del Oscar por Belle Époque, participó en sus inicios en este certamen, donde su cine fue bien recibido y proyectado.
Álex de la Iglesia, otro de los nombres emblemáticos del cine español contemporáneo, presentó sus primeros cortometrajes en Huesca, obteniendo reconocimiento que lo catapultaría a su brillante carrera.
Juan Carlos Fresnadillo, nominado al Oscar por Esposados (1996), también formó parte de la historia del festival.
A nivel internacional, cineastas como Jean-Pierre Jeunet (Amélie) y Cristian Mungiu (4 meses, 3 semanas y 2 días) estuvieron vinculados al circuito que incluía Huesca como uno de los puntos de referencia en Europa para el cortometraje.
Estos casos demuestran cómo Huesca no sólo detecta talento, sino que también lo impulsa a circuitos mayores, consolidando su reputación como un trampolín para carreras prometedoras.
El HIFF (Huesca International Film Festival) no es únicamente un escaparate competitivo; es también un punto de encuentro para la reflexión, el intercambio y la construcción de comunidad cinematográfica. Con sesiones gratuitas y abiertas al público, dos pases diarios en pantalla grande, y proyecciones bajo los más altos estándares técnicos, el festival logra acercar lo mejor del cine internacional al público oscense.
Además, las actividades paralelas, charlas, coloquios y encuentros entre cineastas y público convierten a Huesca en un espacio de convivencia artística y cultural. En palabras de Estela Rasal: “Huesca puede marcar el inicio de la carrera por los Oscar y es algo que desde el equipo de preselección se tiene muy en cuenta”.
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